Arriba el ánimo!

Quizás yo no sea la persona más indicada para hablar sobre ésto, pero creo que alguien debería comenzar a transmitir energía positiva.

Este es un camino, en el cual llevamos andando desde el día 9 de mayo del 2006. No es fácil caminar todo el recorrido que llevamos con tantos obstáculos que nos desmoralizan constantemente. Pero no estamos solos. Estamos junto a personas maravillosas, con las cuales formamos una simbiosis perfecta. Hoy tropezarás y tendrás manos que te sujetarán. Mañana quizás sea yo y allí tendré a todas esas manos para evitar mi caída.

Recientemente, alguien me preguntó ( espero que la persona en cuestión no se ofenda conmigo cuando lo lea) sobre "cómo me comería un elefante". Supongo que mi respuesta habrá sido igual que la de muchos ingenuos como yo, que suelen caer ante la picarezca de la gente. Y respondí que "con la boca". Esta persona (no sé si se habrá reído de mí, la verdad no lo he notado vía teléfono) me respondió: "Trocito a trocito".

Pues bien, a lo que quiero llegar con todo esto, es que cambiemos nuestra forma de ver las cosas. En nuestro caso, los responsables de este atropello son nuestros "paquidermos" particulares. Tenemos que comérnoslos (metafóricamente hablando). Quizás veamos que son muy grandes, muy fuertes y de un empujón, nos lanzarían a la otra punta del país. Pero no debemos ser brutos a la hora de enfrentarnos a ellos. Quizás nuestras acciones parezcan pequeñitas, aunque comiencen a generar efectos a largo plazo.

Una gota de agua (a suponer, de un grifo) cayendo siempre en el mismo sitio, está claro que causará sus consecuencias. O un pequeño río que baja ladera abajo, por más fino que parezca, conseguirá erosionar las rocas. O la lluvia. Una gota suelta no hace mucho. Pero una gota más otra, más otra, conseguirán un torrente de agua poderoso.

Nosotros somos esa gota de agua. O ese delgado río. Tenemos que aportar nuestro granito de arena, sin dejar de ser constantes.

No creo en los milagros. Creo en que la unión hace la fuerza. Y que la pereza es mala compañera. Si queremos lo nuestro con tantas ansias, luchemos. Pero no perdamos la fe. El truco en todo esto es la constancia. Quizás escalar el Everest nos resulte más fácil, pero todo comienza dando un primer paso. Para aprender a caminar, ¿lo hemos hecho sentados? No. Nos hemos puesto de pie y dando un primer paso.

Espero que a partir de ahora, todos se animen a dar ese pequeño paso y hacer un grupo humano, que van juntos en la misma dirección.